¿Qué hacer con las confesiones de los responsables de crímenes de lesa humanidad?
lunes 27 de julio 2020
¿Qué hacer con las confesiones de los responsables de crímenes de lesa humanidad? ¿Debe promoverse que ocurran esos testimonios, a fin de que las víctimas y familiares puedan conocer lo ocurrido y encontrar una cierta paz al saber la verdad? ¿Deben además divulgarse ampliamente esas narraciones, para que la sociedad reflexione colectivamente sobre esas violencias sistemáticas y puedan lograrse garantías efectivas de no repetición e incluso una cierta reconciliación? ¿O deben evitarse las versiones de esos hechos atroces, por cuanto reabren heridas y dificultan la consolidación democrática? ¿O debe limitarse la divulgación de esos relatos, por cuanto se fundan en la versión de los propios victimarios, que es siempre unilateral y tiende a justificar lo ocurrido y puede incluso victimizar nuevamente a las victimas y a sus familiares? Este libro, testimonios perturbadores, de la politóloga estadounidense Leigh Payne, ofrece respuestas muy sugestivas y pertinentes a los anteriores interrogantes, por medio de una combinación de reflexiones teóricas y en estudio detallado de siete confesiones realizadas en cuatro países: Argentina, Chile, Brasil y Sudáfrica. A pesar del número relativamente limitado de casos, su análisis comparado resulta muy fecundo, pues las transiciones han sido muy diversas y los distintos victimarios han tenido propósitos disímiles al confesar sus crímenes.